jueves, 5 de mayo de 2011

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Las dos primeras fotos están tomadas de VILLA DE PILAS, las restantes fueron tomadas por el autor de este blog y publicadas en la Revista LA GACETA DE MORA-CLAROS eleborada por Faustino Martín-Navarro

sábado, 14 de agosto de 2010

ESTAMPAS ROCIERAS

Este poema que voy a gravar a continuación está dedicado a un manriqueño que al terminar la Guerra Civil Española, y por defender un ideal se vio obligado a tener que abandonar su pueblo del alma y vivir en calidad de maqui en el corazón de Sierra Morena, pero eso sí, todos los años cuando llegaba el día de su Virgen del Rocío y aún sabiendo que aquello le podía costar la vida, como así ocurrió, él se lo jugaba todo a una carta para ver a la Reina de las Marismas.

El poema lleva por título:


ESTAMPAS ROCIERAS


Dejó entre los matorrales
sus armas que no era caso
de entrar en la Romería
con cartuchera y retaco.

Salió a mitad de la noche,
igual que todos los años
sin pensar que les esperaran
ni que ansiosa de matarlo
en cada esquina una muerte,
celosa estaría aguardando.

Al atravesar un río
cuatro sombras se cruzaron,
cuatro mensajes de muerte,
que al silencio desgarraron.

Dobló su cuerpo en la jaca,
se internó entre los chaparros
y sin mirarse aquel pecho
a borbotones sangrando,
siguió su loca carrera
besando un escapulario.

Llegó al borde de la ermita
cuando, sobre un mar de brazos,
de súplicas y plegarias,
de lágrimas y arañazos,
iba la Blanca Paloma
lentamente navegando.

Haciendo un supremo esfuerzo,
lívido y desmadejado.
por ser del lugar que era
logró arrequindarse al paso.

Cayó lanzando un suspiro,
casi arrastras lo sacaron,
con la flor de la sonrisa
sobre sus exangües labios.

Nadie le preguntó a nadie
si fue bueno, si fue malo.
¡Era de Villamanrique!,
¡soberbio, valiente y macho!.


                         Diego Ramírez